Algo se puede denominar arte cuando remueve conciencias. Dos entradas, palomitas grandes y coca-cola. Hora y media después, empezó el debate. Queremos que el mundo cambie, que existan revolucionarios como los de antes. ¿El problema de todo esto? Hablamos de injusticias, de pobreza y guerra, entre música y cerveza. Nadie se atreve a salir ahí fuera a luchar por algo nuevo, es difícil cuando estamos tan deshumanizados.
Directora: Icíar Bollaín (la peli, me gusta!)
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