En este blog hace relativamente poco, hice referencia a la deshumanización del pueblo, a la falta de valor para salir a la calle. Hoy, puedo decir en voz alta y con un orgullo que no me cabe en el pecho que me equivocaba. Nos hemos dado cuenta que aquello que no nos gustaba, tampoco le gustaba a la señora que me vende el pan, que tampoco le gustaba a mi mejor amigo y que tampoco le gustaba a mi vecino del tercero. Así, nos hemos unido y estamos luchando por el cambio, ese cambio tan necesario que todos necesitamos (incluidos políticos y banqueros, que ya es hora de que empiecen a sentir).
Ahora, salgamos con nuestras flores, nuestras ganas de futuro y nuestra ilusión para pedir en voz alta que esto no es lo que queremos, que queremos aquello por lo que nuestros padres, nuestros abuelos, lucharon en la transición y con lo que poco a poco la avaricia de unos pocos está acabando. No permitamos que los intereses de unos pocos acaben con los sueños de muchos, por favor.
"Estas son nuestras armas"
Por favor.
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