Al día siguiente, alguien le preguntó por él y ella no fue capaz de hablar más de 5 minutos. Antes, podía pasar horas hablando de su mirada, sus ideas alocadas y su forma de querer. Estaba claro, la venda había caído. Ella pensaba que nunca le iba a pasar, que eso sólo les pasaba a las personas que no querían de verdad, era mentira, ella había querido hasta doler y ahora todo había cambiado. Su madre se lo advirtió y años después, la abrazó mientras lloraba en su hombro.
Foto: Pamela Klaffke
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