Pasaron muchos meses, no sabía cuántos, no quería contar el tiempo que había tardado en olvidarse de él. Ese día, en el que se negó a mirar el calendario, se dio cuenta de que ya no sería su chico, pero gracias a él, ella sabía querer y algún día volvería a ser la chica más pastel que la tierra haya conocido.
Fundido a negro
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